Disfruté un montón haciendo la presentación, pero cómo no. Me presentó Manu, un niño que sabe muy bien qué es tener un bruja en casa. Me contó que su madre tiene un conjuro para cuando van en bici y suben cuestas. Su madre dice el conjuro y ¡suben sin enterarse! Tengo que probarlo.
Los niños estaban superatentos, pero más de una madre me parece que se veía reflejada en lo que yo iba contando.
¿Quieres saber si tu madre es una bruja? Vente a verme y te cuento cómo puedes saberlo.
Al acabar, ya veis, felices la dos: Alodia y yo.
Muchas gracias, Víctor, por semenjante sorpresa.